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Gerry Howells
Un hombre que los
argentinos no olvidaremos
Recuerdo, pienso y así es como siento una imperiosa necesidad: hablar de
nuestro querido amigo que nos dejó.
Empezaba el año 1981. El otoño se iba insinuando. Con él su follaje
rojizo daba un hermoso marco al paisaje.
En ese escenario había de realizarse la Exposición General de todas las
razas del Villa Gesell Kennel Club y nuestra Especializada del Airedale
Terrier Club Argentino, ambas juzgadas por el prestigioso juez Ingles
Gerry Howell, invitado por mi amigo el señor Jorge Roncoroni.
Su estadía en la ciudad de Villa Gesell con su playa en el Atlántico fue
inolvidable. Esta ciudad se encuentra a 400 km. de Buenos Aires y es
una de las playas más hermosas de nuestro Mar Argentino.
Nuestro huésped, persona tan afable, realmente muy querible, supo
conquistar la simpatía y el afecto sincero de ganadores y perdedores sin
distinción.
Luego vino a nuestra Capital, la ciudad de Buenos Aires. Fue a vivir en
una pequeña ciudad pueblerina, Tortuguitas a solo 40 km. de la gran
urbe donde supo adaptarse a la pujante juventud de quienes campartímos
su hospedaje. Todos eramos muy jovenes. Yo el más viejo tenía 27 años,
Javier mi handler con 5 años menos y mi queridísima amiga Brita ahora
de Schwarz con tan solo 19 años.
Visitando los lugares más significativos y cercanos, recorriendo las
calles de Buenos Aires, en una esquina muy importante de la ciudad, un
canal de televisión estaba haciendo una encuesta sobre ¨cual era la
mujer del año¨.
Formulada la pregunta a nuestro ilustre visitante, con singular simpatía
respondió : ¨GRACE¨, Grace era la perra airedale, su Mejor de
Exposición.
Dije al comienzo ¨que nos dejó¨ y lo repito.
Sí, nos dejó un entrañable sentimiento de amistad y momentos
inolvidables vividos.
Por eso, siempre estará en nuestro recuerdo. Por eso, los argentinos
nunca lo olvidaremos.
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